04/04/2020 Según especifica el gran Mesías de la lengua ( este no es otro…
Una vida de 5 años, son 10 ( 1ª Parte )
Nunca una pequeña caja de cartón envuelta en un enorme lazo rojo había causado tanta satisfacción; eso precisamente fue el regalo que le obsequiaste el día de su cumpleaños; pero esa no era una caja cualquiera, su contenido era algo que estaba esperando hacía mucho tiempo. Con enorme alegría, le hiciste entrega de aquel objeto el cual presentaba dos pequeñas ranuras a ambos lados para una mejor sujeción; una pequeña tarta de chocolate y una vela donde se reflejaban sus años cumplidos, eran el perfecto adorno a ese día tan especial.
– Feliz cumpleaños hijo, quizás no sea lo que esperabas pero…solo deseo que te guste- dijiste mientras extendías ambos brazos y una sonrisa se dibujaba en tu rostro.
Con una sonrisa de oreja a oreja, recogió el guante que le habías lanzado….su felicidad y nervios eran tales, que no atinaba a desenvolver el lazo; tras unos instantes de tira y afloja con la cinta y la caja, por fin consiguió abrirla y descubrir lo que allí dentro había escondido….una urna de cristal donde podían verse diversos agujeros repartidos alrededor suyo. Pegado al cristal, algo de color negro y húmedo rozaba sus diminutos dedos…..una pequeña bola de pelo asomaba lentamente la cabeza; algo minúsculo emitía un sonoro bostezo mostrando unos afilados colmillos.
– Un perrito!!! – exclamó tu hijo mientras te dedicaba una sonrisa.
Instantes después de abstraerse mentalmente junto con su nuevo amigo, se abalanzó sobre tu cuello en señal de agradecimiento…solo ese leve movimiento, pagaba con creces todo el esfuerzo que estabas haciendo por el en ausencia de su madre.
El niño estaba encantado, acto seguido, lo rescató de aquella urna y lo cogió en brazos llenando de besos y caricias al nuevo miembro de la familia. El can, lejos de sentir temor ante aquella avalancha de caricias, se acurrucaba en su regazo buscando más atenciones; tu hijo era un mar de confusiones…tan pronto quería apretarlo contra su pecho como acariciar su suave y corto pelo….viendo las reacciones de uno y otro, estabas convencido que habías acertado plenamente en el regalo.
Restabas importancia al hecho que tu primogénito no te hiciera excesivamente caso….hacía mucho tiempo que no lo veías tan ilusionado y no querías interrumpir tanta felicidad.
Pasadas unas horas y mientras te encontrabas inmerso en los quehaceres domésticos, tu hijo se acercó a ti con su nuevo amigo en brazos, tratando de hacerte partícipe del binomio que se acababa de formar.
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Papá, porque no vamos a dar una vuelta con el perrito? -.
Le regalaste una mirada llena de complicidad para después agacharte hasta llegar a su altura e indagar sobre la identidad del nuevo miembro.
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Claro que si hijo, pero antes dime una cosa….has pensado como lo vas a llamar? -.
El nombre del cánido, era el menor de sus problemas; ansiaba salir a la calle y presentar a su nuevo amigo al mundo entero. Los ojos del animal, oteaban a su alrededor como si se estuviera familiarizando con su nuevo hogar…no tardó en aceptar que tanto tu como el niño, erais los líderes de la manada.
El paseo, fue más largo de lo normal… mientras tu paso era relativamente pausado, el chico siempre caminaba varios metros delante de ti, parándose en todas y cada una de las tiendas de la calle saludando a los amables comerciantes; el baño de masas del can, fue total…infinidad de manos se pasearon por su pequeña cabeza, pero algo no iba del todo bien, se le notaba inquieto y así, desde la lejanía se lo hiciste saber a tu retoño.
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Hijo por favor, te importaría dejarlo en el suelo? No le va a pasar nada porque camine un poco – dijiste mientras esbozabas una enorme sonrisa..