Artículos

El estallido del globo ( 2ª parte )

10/03/2023

 

 

Mientras el nuevo inquilino, olfateaba todas las esrancias y descubría lo que iba a ser su nuevo hogar, infinidad de nombres se te pasaban por la mente sin conseguir encontrar ninguno adecuado para tu nuevo peludo amigo. Pasados unos instantes, sentado a los pies de la cama y observando como su hocico no se despegaba del suelo en ningún momento, lograste dar carpetazo a un inacabable vaivén de denominaciones.

• A partir de ahora, te llamarás Pipo – .

La acogida no fue la esperada, puesto que el animal seguía con sus indagaciones domésticas, pero como líder de su particular manada, una de tus primeras atribuciones, era la de bautizar al recién llegado. Para frente al desembolso económico que conllevaba el nuevo compañero, tuviste que buscar un trabajo el cual, pudieras compaginar con las horas de estudio y te permitiera atender sus necesidades fisiológicas en una agenda que, de la noche a la mañana, estaba repleta de obligaciones.

El empleo que conseguiste de repartidor de propaganda, era ideal ya que, te permitía seguir inmerso en esa burbuja solitaria que habías formado y por otra parte, generaba unos ingresos en pos del recién llegado. Paradójicamente y pese a que la fusión de tres elementos como eran estudios, trabajo y obligaciones perrunas, hacían que la vida hogareña se redujera a la más mínima expresión, la interacción social tan solo se limitaba a unos breves intercambios de palabras con algún conocido. La sensación de no encajar en un guionizado mundo y la angustia que producía estar rodeado de gente, se hacía más evidente a medida que pasaban los días.

No tardó mucho tiempo en poder verse los resultados de unas atenciones y alimentación adecuada para con el peludo ; de aquel famélico animal que encontraste atado a un árbol, ya no quedaba ni rastro. Una nueva vida se engendró dentro de una ya exiatente, la endeblez dio paso a la robustez, la mirada triste y apagda, cedió su lugar para que la alegría rebosara por todos los poros del cuerpo del can. En esos ojos, únicamente había agradecimiento eterno por librarlo de un agonizante destino.

Una vez cumplido el objetivo de otorgarle nuevamente la figura que tiempo atrás perdió fruto de la infamia, decidiste hacer un paréntesis laboral para poder terminar el curso académico y sobretodo, pasar tiempo con un animal que, aparte de llevar la lealtad por bandera, nunca ejercería un juicio gratuíto por tus actos o pensamientos.  Dejaste de lado aquellos interminables puzzles en los que pasabas tardes enteras para disfrutar de tu cuadrúpedo compañero de aventuras ; sin embargo, el hecho de evitar cualquier reunión social y no gozar de una adolescencia como el resto de los mortales, preocupaba sobremanera a tus progenitores.  Sentados alrededor de la mesa, con un humeante plato de sopa, abordaron nuevamente el tema de esa casi inexistente inclusión colectiva.

• Nos parece muy bien que pases tiempo con Pipo, pero, porqué no sales con más gente y te distraes ? -.

Sin dejar de acariciar al perro, el cual, estaba sentado esperando poder formar parte de esos manjares, ofreciste una escueta contestación con la que zanjar el tema.

• Tal vez, pero hay tiempo para todo, no os preocupeis -. 

Aquella respuesta, lejos de calmar las aguas, invitaron a seguir metiendo el dedo en la llaga ; las inquietudes de unos, eran entendidas como una invasión privativa por parte de otros. 

• ¿ Cómo no nos vamos a preocupar ? A tu edad lo más normal es tener un grupo de amigos con los que salir y disfrutar de esta etapa de tu vida, no es lógico que rehuyas de todo y te lo estés perdiendo todo por estar encerrado en casa y solo salgas con el perro ……. cuando no este él ¿ que harás ?.

Tratsste de capear un breve temporal, pero que sin embargo, se te hizo eterno ; intentabas contener una ira que iba en aumento, pero el león malherido, aún no había dicho su última palabra. Clavaste con rabia el cuchillo en la mesa mientras veías como el perro retrocedía sobre sus pasos como si percibiera la tormenta que iba a desatarse.

• ¿ Se puede saber que os pasa ? ¿ Es necesario que me solteis otra vez esta mierda de sermón ? Estoy harto ya de que siempre me esteis diciendo lo que tengo y no tengo que hacer ….. no creo que sea tan difícil de entender que con lo que tengo, es más que suficiente. Si tanto os preocupa la jodida vida social, id vosotros y dejadme en paz -.

Apenas sin tiempo para una más que posible réplica, te dirigiste a tu habitación tratando de aplacar esa cólera que sorprendió a todos los presentes……… incluído a ti mismo.

Pese a tener la ventana abierta, sentías que faltaba el aire, esa angustia apretaba cada vez más la soga haciendo que la respiración se fuera acelerando por momentos. Cogiste uno de los puzzles al que tantas horas habías dedicado y lo rompiste en mil pedazos, como si fuera una hoja de papel. Sorprendentemente aquello borró de un plumazo ese frenético estado y abrió las puertas de la calma más absoluta.

Por otra parte, tus padres, seguían sentados en sus respectivas sillas, atónitos ante lo que acababan de presenciar ; en unos pocos segundos, vieron en su hijo las dos caras de la misma moneda ; ese pequeñísimo lapso de tiempo sirvió para ver como la fiera devoró por completo al chico……. unos ojos llenos de rabia acompañado de hirientes palabras, cortaron de raiz cualquier intento de razonamiento. No hubo arrepentimiento por tu parte al considerar que el camino era el elegido y nadie tenía porque inmiscuirse ; con el paso de los dias, las aguas fueron volviendo a su cauce, las alarmas iniciales, pronto se fueron apagando ya que consideraron que se trataba de un caso aislado pese a la virulencia de una tormenta corta, pero intensa.

Pero aquel desagradable episodio, guardaba tras de si un punto de inflexión ; esa liberación de rabia, solo era la punta del iceberg, el sufrimiento, las repentinas ganas de llorar, el permanente estado de irritabilidad, hacían que lo más profundo de tu ser  viviera en un diaria espiral negra y profunda. Incapaz de explicar tu maltrato interno, solo la compañía de tu fiel escudero, mantenía cerrado el cajón de la cólera. La desazón recorría tus entrañas, máxime cuando sabías perfectamente que unos no entenderían lo que consideraráin inexplicable, y tus argumentos no serían lo suficientemente sólidos como para defender lo que creerían también indefendible. Esa batalla generacional, tenía visos de terminar en un eterno empate ; la bestia que llevabas dentro de ti, tenía carta blanca para salir en cuanto ejecutaras la orden y para evitar que la ira cegara el raciocinio con consecuencias que ni tu mismo conocías, optaste por guardar silencio, haciendo que, la enorme burbuja donde guardabas lo que mediante palabras no decías, se hiciera cada vez más grande, con el consiguiente riesgo que estallara y se lo llevara todo por delante.

Pero el destino, a veces cruel, guardaba un nuevo revés, un oscuro suceso que posteriormente, te llenaría de infinidad de interrogantes, tanto morales como físicos. En esta ocasión el elegido, fue el leal Pipo, quien una vez más e inconscientemente, se puso entre la finísima linea que separaba la claridad de la oscuridad. Esta vez, su hocico siempre pegado al suelo, en su afán de descubrir olores, le jugó una mala pasada ; un pedazo de pan fue el encargado de hacer saltar todas las alarmas. Después de ingerir aquel aparententemente apetecible bocado, su cuerpo permaneció inmovil para después tumbarse en el suelo mientras no dejaba de toser y escupir sangre.

• Pipo, Pipo, …… Pipo, que te pasa, vamos amigo, no me hagas esto, tu no joder……Pipo!!!!!!!!! -…

Lás lagrimas resbalaban por tus mejillas mientras buscabas con la mirada alguien que pudiera ayudarte, un rayo de luz en el que poder albergar la esperanza de acabar felizmente con su sufrimiento. Desgraciadamente, nadie acudió a la llamada, los que pasaban por allí cerca, miraban y miraban pero por más gente que hubiera, estabas solo.

• Ayuda!!!!!!!! Por favor que alguien me ayude . ¿ Qué pasa, creeis que vuestra jodida vida es mejor que la de mi perro ? Iros todos a la mierda, no os necesito para nada – .

Viendo que aquello podía tener mortales consecuencias, un par de lugareños se acercaron para tender su mano y ayudar en lo que fuera posible, pero ya era demasiado tarde, la furia estaba descontrolada y solo ver al can fuera de peligro calmaría ese estado.

• ¿ Ahora venís ? Que quereis ¿ aplacar vuestra puta conciencia ? Por mi podeis seguir vuestro camino, ya me encargaré yo solo, no os necesito para nada. Eso si, rezad para que no os pase lo mismo que a mi perro, porque si depende de mi os quedais agonizando -. 

Cogiste en brazos al cánido y corriste tanto como te daban las piernas, en busca de un veterinario ; la situación era muy crítica y en esos instantes hubieras vendido tu alma al diablo con tal de que el can siguiera vivo.  Ulna vez en la clínica y ante la gravedad del asunto, dos de los emisarios de la salud animal, se pudieron manos a la obra, ofreciéndote la sala de espera y un poco de agua para sobrellevar lo que iba a ser una larga jornada,

Largas horas de espera, en las que la imagen de verlo tumbado en el suelo, soltando sangre no se te quitaba de la cabeza …… la angustia por la espera, iba cada vez en aumento, pero tras un eterno espacio de tiempo, los encargados de reparar el daño sufrido por el animal, se dirigieron con paso firme hacia donde estabas. En ese momento, la zozobra, dejó paso a las dudas…… dudas porque no querías escuchar lo que tuvieran que decirte pero sin embargo, debías afrontar el embite.