Artículos

Caminando entre agujas ( 4ª parte – Final )

    20/01/2023

 

 

Ya no había vuelta atras, si en algún momento tu desquiciada mente fruto de lo que pocos querían y muchos rechazaban, tenía alguna pequeña esperanza de darle un giro a tu vida como un calcetín, éstas se dilapidó en el inframundo gracias a aquel fino y envenenado metal perforando la piel. Vivías por y para aquel enorme estercolero plagado de muertos vivientes, gente que vendería hasta su propia alma con tal de apaciguar sus necesidades adictivas. A base de dinero, habías conseguido comprar todos los adjetivos descalificativos posibles, pero quizás, el que más te pesaba, era el de ser un vulgar matón. Esos pequeños instantes de culpa, hicieron que, por un lado esas alcantarillas tuvieran otro huésped, y por otro, te empujaba a seguir martirizándote el brazo ; unos falsos segundos de olvido total, estaban cavando una fosa para toda la eternidad.

Como si de un mercado se tratara, armaste tu propia tienda para poder alimentar la lenta agonía del defenestrado con la mirada perdida, y de paso seguir aliviando tu dolor con mortales aguijones. Tu interior estaba corrompido más si cabe, los ojos escupían fuego, el cuerpo solicitaba a la cabeza más de lo mismo, ya no tenía suficiente con la pequeña porción que ofrecía, los continuos temblores y un enfado desmesurado, daban muestras de esas carencias.

Pasaban los meses y tu aspecto físico estaba totalmente demacrado, ciertamente te habías ganado un nombre pero para ello, pisoteaste tu propia dignidad, la honradez, presa de unas agujas que, con sus cantos de sirena, te llevaban hasta los infiernos gozando de tu beneplácito. Pero la dueña de la guadaña, estaba dispuesta a comenzar su ritual…… quería llevarse consigo a una de las ovejas descarriadas, uno de los muertos en vida iba a ser el nominado para acompañarla hacia la oscuridad.  Delante de tus ojos, al igual que un espectador en primera fila, asististe a una representación letal ……. uno de tus habituales compradores, quiso abarcar más de lo que podía, y su cuerpo se fue apagando poco a poco , la picadura de aquella aguja, fue mortífera, allí terminó su andadura, leal siervo de la jeringuilla, fulminó su penosa existencia en favor de un elemento que no entendía de lealtades. Precisamente allí, te diste cuenta hacia donde se dirigía tu calamitoso camino, máxime viendo como yacía en el suelo sin que nadie fuera en su auxilio……. como un perro abandonado en la cuneta.

El peso de la culpa, te llevó de nuevo a tu hogar, aquella cruel imagen y otras de las que fuiste partícipe, se repetían en la mente mientras avanzabas como alma en pena por un camino que, tiempo atras recorrías sin hacer ruído. Precisabas ayuda, la clemencia de quienes no te hicieron caso porque estaban inmersos en una diaria batalla campal. Sabias que volver sobre tus pasos, sería una árdua tarea, pero no querías volver a sentir esa picadura sobre un brazo que ya estaba lo suficientemente perforado.  Mucho había cambiado todo, donde antes había tiendas , ahora eran edificios, al lado del parque donde antes solo había vacío, se transformó en un pequeño centro comercial…….. te sentías foráneo en la ciudad que te vió nacer. Lo único que no extrañabas, era la casa donde pasaste toda una infancia y parte de adolescencia.  Solitaria, vacía, por primera vez sentiste como la tranquilidad reinaba en aquella casa ; recorriste todos los rincones, inclusive esa habitación que tantas tardes de felicidad te dio, el esperado encuentro con las personas que te dieron la vida, tuvo un infructuoso resultado. La melancolía envolvió tu deteriorado ser, no había nadie que respondiera a tu desgarradora llamada.

  • Mamá!!!!! , Papá!!!!!, ¿ donde estais?  Por favor necesito ayuda, no me dejeis solo -.

Esos llantos no conseguían el efecto deseado, únicamente eran palabras que se perdían en el vacío……. arrodillado a los pies de tu cama, con el rostro cubierto de un mar de lágrimas, tan solo acertaste a ver una nota al lado del ordenador, el cual estaba lleno de polvo. Una nota que llevaba tu nombre y que despertó la curiosidad de saber lo que te aguardaba en su interior.

» Querido hijo, 

Tal vez no hayamos sido unos padres ejemplares, seguramente nos hemos centrado tanto en atacarnos, que hemos dejado de lado tus necesidades  Quizás no lo sabrás pero tu padre falleció hace pocas semanas, su corazón no pudo soportar la vergüenza que tenía hacia su propio hijo, cuando se enteró….. mejor dicho nos enteramos que te habías vuelto un vulgar criminal.  El ya no está, y yo …… yo me he marchado bien lejos, no podía aguantar los comentarios,  las miradas de repulsa sabiendo que me estaban haciendo pagar algo que te corresponde a ti.  A lo mejor, esto que te voy a decir no te sirve de nada, pero te hemos querido y así seguirá siendo. Pero a pesar de ello , no puedo pasar por alto un acto tan deleznable ; has acabado con la vida de tu padre, y a mi me estás matando en vida, por lo que he decidido empezar una nueva vida lejos de aquí y sobre todo lejos de ti.

Solo espero que cuando todo esto pase, seas muy feliz y tengas una vida digna, por mi parte solo te pediré un último favor ……… no me busques, no trates de localizarme, porque mi marido y mi hijo murieron el mismo día.».

Leer aquello te destrozó por completo, la congoja era tan grande que desoías por completo los acentuados temblores de tu cuerpo pidiendo su mortal alimento. Abandonaste aquel lugar envuelto en un torrente de agua cristalina cayendo por tus mejillas ; buscabas cobijo, que el constante martilleo de la repudia cesara. Regresaste a lo único que te quedaba, una guarida que representaba perfectamente un mundo totalmente paralelo, donde se avivaban falsas ilusiones y donde la señora del inframundo encontró su caldo de cultivo.

De nuevo allí, en el profundo agujero donde habitaban los muertos vivientes, los cuales esperaban que llegara su hora, preparaste tu brazo para dejar marcada una nueva muesca en el cinturón. Habías llegado al punto de necesitar la calma absoluta ; la culpa, la repulsa y el bochorno que sentías sobre ti mismo, eran losas demasiado pesadas, aparte que, ese lamentable estado físico del que hacías gala, tampoco te permitía grandes alardes.

Con la cara empapada de lágrimas, empezaste un rito que conocías a la perfección …. una ceremonia en la que solo hubo un único asistente ; lejos del oscurecido rebaño desplegaste el brazo cerrando el puño con fuerza y dejando que la mano que te quedaba libre hiciera el trabajo sucio. El diminuto tubo que contenía aquel líquido, sobrepasó su caudal, la aguja, más envenenada que nunca, tomó contacto con unas podridas venas, otorgándole a tu cuerpo una cantidad que superaba con creces lo que era capaz de absorver. La tranquilidad absoluta, por fin acudió a tu llamada, con la mirada perdida y la incesante lluvia que emanaba de tus ojos ,tenias  ante ti un efímero cielo. Jugaste a querer ser alguien, y en cierto modo lo lograste, pero a cambio te llevaste por delante la dignidad, moralidad y vidas humanas ……. incluída la tuya.  Ese fue el precio que tuviste que pagar por estar CAMINANDO ENTRE AGUJAS.

 

 

Marc Domínguez

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.plugin cookies

ACEPTAR
Aviso de cookies
Esta web utiliza cookies propias para su correcto funcionamiento. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad