18/09/2020 Crecido en el seno de una familia humilde, doblando tus esfuerzos para, por un…
Reina negra: jaque mate ( 2° parte )
03/10/2020
Tomada la decisión de abrirte camino en el mundo de la abogacía, utilizaste todos los medios a tu alcance para, inmiscuirte en un mundo lleno de lobos con piel de cordero.
3 interminables meses , fueron la antesala al gran momento, el día en el que por fin, tras mucho escalar, llegaste a la cima de la montaña. Aquello distaba mucho de lo que te habías imaginado….. un complejo enorme, majestuoso, adaptado perfectamente a las necesidades del alumnado. A diferencia de tu etapa anterior, nadie reparaba en tu aspecto, eras uno más entre centenares de desconocidos.
Muy pronto pudiste vivir en tus propias carnes que no iba a ser un camino de rosas, debías emplearte muy a fondo para sacar adelante la materia. La dificultad de la carrera crecía al mismo paso que los años se sucedían. Incluso en algún momento te rondaba por la cabeza la idea de arrojar la toalla y optar por otra vía más fácil.
Pensamientos efímeros, puesto que, rebuscando en tu memoria tiempo atrás, no ibas a dejar que todo lo vivido quedara en agua de borrajas. Por otro lado, tu actividad social, esa de la que tuviste grandes carencias, iba cada vez a más ; el intelecto y la humildad ganaban con creces a tu aspecto poco atrayente. Poco a poco fue desapareciendo la sombra del marginado ; proseguías llevando tu vida en solitario, pero con la sutil diferencia de que, en esta ocasión, la soledad era comprendida y respetada.
Tu casa parecía un prolongación del centro universitario, atrincherado en tu refugio, solo salías para cenar y poder disfrutar unos pocos minutos de la compañía de tus padres, para después volver a mezclarte entre leyes y más leyes. Tus progenitores, restaban importancia a todo aquello, ya que, sabían de lo importante que era para ti sacar adelante los objetivos marcados, el barco del éxito navegaba a velocidad de crucero y todo hacia presagiar que llegaría a buen puerto.
El tiempo iba pasando y cada vez te sentías más identificado con el derecho penal, aún no habiendo culminado los estudios, te veías ya dentro de una sala exponiendo los argumentos necesarios para cada caso. En el horizonte se divisaba ya el tramo decisivo, lo que iba a dictaminar si ese lustro que pasaste navegando en el complejo mundo del derecho, había superado la prueba.
Aún considerándote lo suficientemente preparado, por tu mente rondaba la idea de tener un pequeño traspiés por lo que, redoblaste tus esfuerzos para afrontar con plenas garantías el sprint final. Llevabas ya mucho tiempo haciéndolo, así que tampoco resultó ser una tarea difícil multiplicar tus energìas en beneficio del éxito.
Remaste en contra de la lógica, y centrabas tu atención en las cosas las cuales tenían una menor relevancia ; lo más complicado estaba grabado a fuego en tu mente, pero lo aparentemente sencillo, era lo que podía dar al traste con tus aspiraciones. No querías dejar nada en la rueda del azar y optaste por atarlo todo de tal modo que, pudieras hacer frente a ese crucial momento. Ese día no habría personaje que te barrara el paso, ni nadie que quisiera divertirse a costa del endeble. Tal vez y por mucha rabia que tuvieras, en lo más profundo de tus entrañas, tenías mucho que agradecerle al león transformado en cervatillo. Esa confrontación la cual recordabas como si no hubiera pasado el tiempo, fue el punto de inflexión que necesitabas….. un perfecto golpe de timón para enderezar el rumbo en prácticamente todos los aspectos.
Los nervios, eran la nota predominante en aquella enorme aula, cualquier excusa era válida para intentar aplacar la angustia ; música, prensa deportiva, mascar chicle, o incluso descargar esa inquietud mordisqueando el bolígrafo al igual que hacen las ardillas con las nueces.Por tu parte, no había nada de eso, únicamente cerraste los ojos colocando tus manos entrelazadas sobre la nuca, y esperaste pacientemente el pistoletazo que daba inicio a la contienda.
La mezcla entre la lógica y lo inverosímil, hizo que, tu mente quedara en blanco incapaz de encontrar respuesta a lo que se planteaba, habías preparado a conciencia los dos escenarios por separado, pero nunca te planteaste tener a ambos juntos en una misma cuestión. El tiempo a pesar de ser muy extenso, corría en tu contra, conseguir darle sentido a la unión de las dos mitades se antojaba una difícil empresa.
Todo cobró sentido, cuando el escenario imaginario que habías creado, te eligió como protagonista principal. La tercera persona, pasó a la primera……¨EL ¨, se transformó en ¨YO¨. Empezabas a ver de nuevo la luz al final del túnel, el egocentrismo del momento, valía su peso en oro, te sentías pletórico, capaz de recitar de memoria la mismísima Bíblia. No había ley con su correspondiente pena, que no hubiera pasado por tus ojos para después dejarlo incrustado en la mente.
Nada podía salir mal tras superar ese pequeño bache, tanto tu como los allí presentes, buscabais la misma gloria, todos estaban destinados a ser buenos, pero no te conformabas con eso, sencillamente querías ser el mejor.
Sin darte cuenta, fuiste el último en abandonar el aula, todos marcharon mientras consumías el tiempo hasta el pitido final….. incluso un poco más.
• Le he concedido 10 minutos más de margen cuando sabe perfectamente que no me está permitido hacer ese tipo de deferencias con nadie -.
Sabías que en el fondo tenía razón, gozaste de una ventaja a la que nadie tuvo opción.
• Está usted en lo cierto, pero por favor, solo le pido dos minutos más-.
• Lo lamento pero no puedo darle más tiempo, entrégueme la hoja o me veré obligado a invalidarle la prueba -.
Con gesto apesadumbrado, alargaste el brazo ofreciéndole el trabajo realizado, algunas preguntas sin responder hicieron tambalear los cimientos de la confianza. A pesar de saber que eso eran pequeños borrones y que había muchas posibilidades de salir airoso del envite, el subconsciente te hizo volver a la realidad con una frase tan corta como cierta : ¨ La suerte está echada ¨.
Los corrillos de gente eran inevitables, el cruce de comparaciones corría como la pólvora , todos querían saber lo que hizo el vecino, y el vecino quería saber lo que hicieron todos. Unidos en un frente común, pero la realidad es que el veredicto, se demoraría unos dias llevando el nivel de excitación a su cota más alta.
Al igual que Hamlet, te debatías entre el ser o no ser, el si y el no, blanco o negro….. los días pasaban entre una constante lucha de extremos, por más que intentaras mantener la cabeza ocupada con otros menesteres, al final siempre volvías a la famosa obra de Shakespeare y su inapelable cuestión.
Pasadas varias semanas, la margarita estaba a punto de deshojarse por completo, de nuevo grupos de personas agolpadas en el pasillo, murmullos sobre que depararía el futuro, pero sobretodo nervios. No había café suficiente para satisfacer tanta demanda, así que los más osados, intentaron calmar su ansia a base de zumos y chocolatinas. Para no ser menos y como muestra de solidaridad con el prójimo, hiciste buen acopio de provisiones para amenizar la espera.
Mientras tu paladar se deleitaba con un refresco, la puerta del cielo para unos, y el infierno para otros, se abrió de par en par ; el encargado de impartir justicia, portaba en su mano derecha 4 folios de un valor incalculable. A partir de ese instante, el portador de la noticia, mostraba preocupación por su integridad física, el enjambre de abejas , empezó a picotear al objeto invasor hasta hacerlo huir no si antes soltar el preciado tesoro.
Los corrillos humanos, se transformaron en empujones, agarrones…. todos querían ser los primeros. Por tu parte y con una tranquilidad inusitada, esperabas pacientemente que, saciaran su curiosidad y lentamente abandonaran la colmena. La sensación de paz, te llegó al ver esas hojas colgadas sobre un tablón, únicamente te levantaste cuando la marea se había disipado. Buscaste tu nombre entre esa sopa de letras, sin prisa pero sin pausa, fuiste eliminando candidatos, hasta que, mediada la tercera hoja, diste en el clavo. Unos segundos fueron suficientes para comprobar el resultado de tanto sacrificio. El goteo de lágrimas sobre tu rostro, era constante, volviste a comprobar lo que anteriormente habías visto y de paso corroborar que ese lagrimeo era de pura felicidad.
Querías hacer y decir tantas cosas, que no sabías por donde empezar, en ese momento, la alegría era una barrera insalvable para el sentido común. El corto trayecto que separaba la institución y la casa de tus padres, te parecía una quimera, por más que corrías, daba la sensación de no encontrar el final. te faltaba el aire fruto de la extenuación, pero poco importaba, la notícia bien merecía la pena.
Una vez allí y sin mediar palabra, fuiste a por un socorrido vaso de agua para soliviantar la sudoración del momento. Cuando recuperaste el aliento , reuniste a tus mayores para hacerles partícipe de tu alegría. Todo era jolgorio, acompañado de llantos que hacían notar que, por fin, la tensión acumulada durante años, había puesto su punto final.
Para celebrar la hazaña, el restaurante que estaba a la vuelta de la esquina, fue el encargado de acoger una cena tan íntima como entrañable. A pesar de no ser un manjar abundante y exquisito, era lo suficientemente bueno como para deleitar unos paladares acostumbrados a alimentarse de un modo más humilde.
Mientras contabas tus aventuras y desventuras de los últimos 5 años, los ojos tanto paternos como maternos, eran el fiel reflejo del orgullo, orgullo de ver a donde habías sido capaz de llegar empezando desde lo más bajo. Pero también tuvo cabida una ineludible pregunta mirando al horizonte más próximo.
• ¿ Qué piensas hacer ahora ? Ahora viene la parte más delicada que es encontrar un empleo donde poder demostrar todo lo aprendido -.
Miraste al techo buscando la inspiración divina y la respuesta que ofreciste, rompió todos los esquemas posibles.
• No voy a perder el tiempo, así que mañana mismo me pondré a buscar un buen trabajo -.
No esperaban tanta premura, pero aplaudían la iniciativa de empezar lo antes posible ; no querías perder el tiempo regodeándote en algo que, pese a ser muy reciente, ya formaba parte del pasado.
La ilusión inicial, lentamente se fue transformando en decepción al ver que la búsqueda no surtía el efecto deseado. En contadas ocasiones, y a título particular, si tuviste la oportunidad de ejercer, pero eso no eran nada más que meros espejismos, la estabilidad que anhelabas se estaba haciendo de rogar.
Pero el pájaro, picó tantas veces a la fuente que acabó por romperse, y no fue hasta ese momento, que la diosa Fortuna inclinó la balanza a tu favor. un prestigioso bufete de abogados, apostó fuertemente por ti. Aún teniendo la hoja de servicios prácticamente vacía, confiaron en tu talento.
Los primeros meses, te asignaron casos menores para ver como te desenvolvías y si con el paso del tiempo, serías capaz de asumir responsabilidades de mayor calado. Quizás el ímpetu, tal vez las ganas de agradar, era la única pega que podían poner a tus actuaciones, pero la satisfacción para contigo, era la nota predominante.
Entre tanto ajetreo diario, también tenía cabida, la parte femenina ; el destino quiso que tu memoria, retrocediera más de una década.
• Disculpa, creo que tu y yo nos conocemos -.
La bella Afrodita, aquella que durante el curso académico fue salvadora y verdugo a parte iguales, estaba rodeada de carpetas y formularios. Su esplendor no había desmejorado aún con el paso de los años, al contrario, al igual que el vino, la mejoría fue notable.
Su cara denotaba cierto grado de escepticismo, por más que rebuscara en todos los rincones de la memoria, no conseguía asociarte con ningún conocido.
-
Creo que te confundes de persona, lo siento -.
No estabas dispuesto a dejar pasar la oportunidad de refrescar su memoria, tuviste que llevarla hasta un lejano pasado para que uniera el antes y el después.
• ¿ Recuerdas a un chico que vestía ropa mugrienta, marginado y humillado dia si dia también? Incluso tu misma a nivel personal, participaste de ese circo -.
• No me lo puedo creer, tu eres…..?-.
Tal y como vaticinaste una vez al séquito de matones con el que te enfrentabas prácticamente a diario, todos te recordarían como el débil, algo muy triste, pero que pudiste comprobar que era real.
• Vaya, no es muy gratificante que me recuerdes por la parte más amarga, pero en cualquier caso me alegro de que aún rememores mi cara -.
La sorpresa inicial, dio paso a preguntar los motivos por los cuales tanto uno , como otra, acabaron allí. Tiempo para ponerse al dia era lo que precisamente no había asi que se emplazaron para tomar un café y saber las idas y venidas de ambos.
• Todavía no puedo creerme que aquel chico tan desaliñado se haya convertido en un apuesto abogado -.
• Es increíble lo que puede hacer un traje y una corbata ¿ verdad ? . Tiempo atrás, me hubieras seguido pateando mi auto estima -.
El gesto serio que mostrabas, coincidía con su sentimiento de culpa, tal vez tarde para mostrar arrepentimiento pero , nunca estaba de más.
• Lamento mucho todo lo que tuviste que pasar todo aquel tiempo , pero éramos niños y lo que se decía , era sin pensar. No quiero excusarme, pues entiendo que todo aquello te dejó marcado, solo quiero que sepas que lo siento de verdad -.
Una excusa ramplona pero que te servía para indultar a tu compañera de mesa.
• No te negaré que en su momento como tu bien dices, me marcó muchísimo, pero olvídalo . Ha pasado ya mucho tiempo, por mi parte no hay nada que disculpar. Pero, cuéntame, cómo has llegado hasta aquí?-.
• Es una historia bastante larga, pero resumiendo te diré que estuve estudiando 2 años para médico forense y más tarde hice un curso intensivo de cirugía plástica, pero ninguna de las dos acabó de convencerme y ya ves…. aquí estoy.
• Caramba, no has perdido el tiempo por lo que veo. En mi caso, mis aventuras son mucho más escuetas, Al salir de la escuela superior, me matriculé en la universidad, fueron 5 años durísimos, pero por fortuna lo conseguí -.
Esa charla tan amigable, te sirvió también para saber que, aquellas personas que hacían de tu dia a dia, un via-crucis, eligieron dos destinos que nadie querría para si mismo : quien no terminó entre rejas, acabó en el cementerio. Dios da a cada uno lo que se merece, dijiste en voz baja.
Con el paso del tiempo, habías conseguido hacerte un nombre dentro de ese complejo mundo, los casos eran de mayor envergadura lo que te llevaba a invertir más tiempo en tus labores.
Paralelamente, la relación con aquella flor, cada vez era menos amistosa y se volvía más íntima. Se notaba la pasión entre ambos, pero nadie se atrevía a dar el primer paso.
Hubo un expediente que te traía de cabeza y no conseguías encontrar la pieza que faltaba para resolver el puzzle ; necesitabas otro punto de vista, tu sólo te veías incapaz de dar carpetazo al asunto. Durante prácticamente toda la noche, te quedaste a solas con tu particular diosa de la belleza….. hizo falta más de una década para que eso ocurriera. Los pequeños descansos, se sucedían con bastante frecuencia fruto del cansancio acumulado y de paso aclarar ideas sobre lo que había entre manos. Entre esas pausas, también hubo tiempo para sincerarse mutuamente y por fin, dar rienda suelta a sus deseos. Nunca habrías llegado a pensar que el destino te pondría de nuevo el bombón en la boca. a decir verdad, ni en el más optimista de tus sueños, creíste volver a verla.
Esa ¨lucha¨ carnal, con todo lo que conllevaba, tuvo su continuidad ya fuera laboral o socialmente. Tenías el trabajo soñado y la mujer perfecta, todo iba viento popa…. tan seguro estabas de todo lo que poseías, que meses más tarde, decidiste dar un paso más allá y formalizar la relación frente a un altar.
El evento, estaba cuidado hasta el más mínimo detalle, querías que, el dia más feliz de vuestras vidas, se recordara durante mucho tiempo.
La pareja que habiais formado, era prácticamente indisoluble, donde iba uno , iba otro y viceversa…. a diferencia de lo que muchos pensaban, el trabajo no afectaba en nada a la vida familiar, erais plenamente conscientes que no se podían mezclar ambas cosas por el bien de la pareja.
Pero aún te faltaba la nota más buscada para completar la bella sinfonía, hacer crecer la familia trayendo al mundo un bebé. Tus oraciones fueron escuchadas y, meses más tarde, te convertiste en padre de una diminuta y llorona criatura.
Tu mujer, tuvo que dejar el trabajo en el bufete para atender las necesidades del recién nacido por lo que debías redoblar esfuerzos para que no les faltara de nada. Todo era armonía y felicidad, nada hacía presagiar un vuelco en el destino….. nada menos la monotonía. Ella fue la encargada de dejar al descubierto, tu punto débil, un talón de Aquiles que desconocías tener y el cual, se presentó de manera repentina.
Paulatinamente, los casos que te eran asignados, cobraban más dificultad lo que te llevaba a retrasar notablemente la hora de regreso a tu hogar. Cuando llegabas, tu mujer yacía plácidamente durmiendo en la cama junto con vuestro retoño. El tiempo iba transcurriendo y como si se tratara de un restaurante, disponías de la carta semanal para elegir que comer y cuando.
No tardaron en comenzar a aparecer las preguntas buscando explicaciones, algo que achacabas al cúmulo de trabajo en la oficina. Respuestas totalmente válidas a oídos de tu esposa, sabía a ciencia cierta de lo exigente del trabajo y nada hacía sospechar lo contrario.
Pero las largas noches de concienzudo trabajo, no era lo único que existía ; los viajes semanales se añadieron al carro. Fue precisamente en uno de esos trayectos, donde por primera vez viste el humo del fuego con el que estabas jugando. Un abrazo junto con un desarrollado olfato, hicieron sonar las alarmas de peligro.
• No se quien será esa mujer pero se ha pasado un poco con el perfume, aparte que no se porque demonios tienes la camisa manchada de carmín -.
Décimas de segundo te bastaron para hurgar en lo más profundo de lo ruín, e hilvanar una respuesta que hasta tu mismo podías creerte.
• Es la presidenta de una gran multinacional y supongo que querría causar buena impresión, pero si , tienes razón en que se le fue la mano con el perfume. Respecto al carmín, resulta que la buena mujer tropezó con la mesa y la tuve que coger para que no se cayera de bruces al suelo -.
Casi casi llorando, la pelota de la mentira acabó entrando en la crediblidad de tu cónyuge. Una excusa típica pero por fortuna para ti, válida.
El primer envite pudiste sortearlo con cierta holgura, el arrepentimiento hizo que, te prometieras a ti mismo no volver a desviarte del buen camino que estabais construyendo. Ese juramento , duró poco tiempo, un nuevo viaje de 4 días de duración, sería la tapadera perfecta para mostrar tu lado más ¨cariñoso¨.
Esta vez fuiste más allá, el tiempo que pasaste lejos de tu casa, no hubo llamadas telefónicas, durante ese tiempo, la tierra te había engullido sin dejar rastro alguno.
Perdiste la noción de todo…. no fue hasta el momento de regresar, que observando tu teléfono, tomaste conciencia de que, durante 96 horas no habías existido.
De nuevo te encomendaste a la mentira para solventar lo que se te avecinaba. La complejidad del asunto, era demasiada como para fabricar una respuesta insulsa y casera. Auto creaste un expediente para darle más veracidad a tus artimañas, parecía que tu llamada de auxilio, fue escuchada. Todo estaba bien atado para disfrazar un nuevo engaño.
Aún así, el enfado de tu mujer era morrocotudo, cruzaste la puerta como si nada hubiera ocurrido, cosa que la enfureció más si cabe. A pesar de tener todos los argumentos a mano, los zarpazos que provenían de tu esposa convertida en un aguerrido león, eran del todo imparables.
• ¿ Se puede saber donde te has metido ? ¿ 4 días fuera y ni una mísera llamada ? ¿ O hubo alguna otra mujer que se cayó y necesitaste este tiempo para recogerla?
Esa última pregunta, rompió tus esquemas, la anterior pelota parece que no acabó por entrar del todo y eso hizo tambalear tu defensa. De acusado pasaste a víctima y replicaste con todo lo que tenías preparado.
• ¿ Como dices ? No me puedo creer que estés pensando…. -.
• ¿ Qué demonios quieres que piense si durante casi una semana no has dado señales de vida ? ¿ Crees que soy imbécil ? -.
Con una rabia inusitada, dejaste caer la carpeta que portabas en las manos sobre la mesa.
• Llevo unos larguísimos días sin ver a mi familia que es lo que más quiero. he estado dedicado a sacar adelante un jodido caso de blanqueo de capitales y desvío de fondos a paraísos fiscales. Lo único que quería era acabar lo antes posible y volver a casa con los míos y ahora me encuentro con esto. Me he equivocado, si, y te pido mil perdones por ello, pero este numerito que me estás montando, creo que esta de más -.
Esa contundente respuesta sin apenas coger aire unido al expediente que previamente dejaste caer en la mesa, dejó sin capacidad de réplica a tu bella esposa. Instantes de silencio entre miradas de perdón, dieron paso a mutuas disculpas tratando de volver a la normalidad.
• Siento mucho haberte hablado así, pero entiéndeme, el no saber de ti y no responder a mis llamadas, me tenía muy preocupada -.
• Lo se, lo se , yo también te pido disculpas por mi poca consideración, pero de verdad que estuve liadísimo, estuve a punto de abandonar porque no le encontraba solución por ninguna parte -.
• ¿ Se pudo solucionar todo finalmente ? -.
• Si -.
Esa escueta respuesta afirmativa marcaba el final de la contienda, por un momento estuviste al borde del KO, pero lograste llevarlo a tu terreno para acabar en empate técnico.
En los momentos de soledad no dejabas de dar vueltas, preguntándote el motivo por el cual, tu mujer dejó de ser el primer plato. Únicamente te venían a la cabeza imágenes de la etapa académica y sus diversas humillaciones para contigo.
Quizás la explicación a tus actos eran fruto de la venganza, tal vez querías devolver a tu modo lo que anteriormente te había dado. Utilizaste ese punto flaco como defensa para llevar a cabo todos tus actos, pero en el fondo eras plenamente consciente de que estabas tratando de defender lo indefendible. La conciencia te impedía conciliar el sueño, sabías que, si se abriera la caja de los truenos, cualquier cosa que dijeras podría ser utilizada en tu contra. Sin embargo, y arrastrando el peso de la culpa allá por donde fueras, esa sed de venganza , no tenía límites, caminar cual funambulista en el filo de la navaja, te hacía sentir vivo y desdichado al mismo tiempo.
Los ingresos misteriosamente iban disminuyendo, algo que alertó sobremanera a tu mujer ; de no pasar demasiados apuros económicos, la situación bordeaba los números rojos.
• No lo entiendo, prácticamente tenemos los mismos gastos mensuales, sin embargo, cada vez veo menos liquidez -.
En la gran burbuja de la mentira, no había lugar para la improvisación, usaste una vez esa táctica y te libraste por los pelos….. dos veces sería tentar demasiado a la suerte, aún así te tiraste de nuevo a la piscina esperando un milagro.
• Tuve que llevar el coche al mecánico para que le hicieran una buena puesta a punto.
• Me parece perfecto todo eso, pero la cuantía es enorme -.
• Bueno…… en el trabajo me convencieron también para invertir un dinero en bolsa, valor seguro -.
Taller mecánico, bolsa, expedientes falsos…… tu mente tenía que hacer un enorme ejercicio y recordar todo , ya que, si no hay buena memoria, no hay gran mentira.
Tu cónyuge se limitó a asentir con la cabeza dando por buenas tus explicaciones, siempre habías sido muy responsable con los bienes económicos y derrochar a lo loco no era lo tuyo.
Pero la realidad era bien distinta, te habías convertido en el donador de cariño por excelencia, el agujero sin fondo diurno, se transformaba en recompensa nocturna y viceversa ; cualquier momento era perfecto para buscar tu accésit carnal.
Te habías sumergido en una espiral en la que te movías como pez en el agua, una mujer que se creía a pies juntillas tus argumentos, un trabajo que te concedía un ámplio margen de maniobra y una memoria colosal para evitar que la gran bola de la falsedad se rompiese, eran los ingredientes perfectos para gozar de total impunidad.
Parecía que todo iba sobre ruedas, más si cabe cuando un dia, decidiste fiar tu suerte con unas pocas monedas en favor de un boleto de lotería. No eras muy creyente de que pudieras salir victorioso, pero el premio era lo suficientemente suculento como para dejar pasar la ocasión. Días más tarde, la Diosa Fortuna te atrapó de lleno, eligiéndote entre miles de personas como ganador absoluto. No cabías dentro de tanto gozo, sin demorar mucho tiempo acudiste al banco más cercano para efectuar una transferencia de una importante suma a tus padres….. aquellos que lucharon durante tanto tiempo para lograr que tuvieras el futuro del cual estabas disfrutando. Te sentías en deuda con ellos todavía y ese era otro modo de demostrar tu gratitud hacia ellos.
Al llegar a tu casa, fuiste en busca de tu esposa para contarle la noticia y hacerla partícipe del momento, el sensible desplome del capital monetario, iba a experimentar una más que generosa subida para alivio de tus patrañas.
No fue hasta meses más tarde y entre tus escarceos amorosos, cuando el blanco por el cual caminabas, se tornó negro, un color que te cogió por sorpresa y contra el cual no sabías hacerle frente. La noticia del asesinato de tu esposa, sacudió tu vida de arriba abajo ; aquella mujer, la cual un dia le juraste amor eterno y a la que tenías constantemente engañada, murió con su realidad, una realidad que, paradojas de la vida, era una mentira. Durante mucho tiempo indagaste en todos los rincones de la ciudad en busca del verdugo. No tenías intención de darle el mismo destino, tan solo querías mirarlo a los ojos y preguntarle el por que, saber el motivo que le llevó a acabar con la vida de tu compañera sentimental. el resultado fue en vano, no había nada que arrojara un poco de luz. La policía archivó el caso por falta de pruebas lo cual te sumió en la más profunda de las decepciones para con la justicia, esa misma que te tenía en nómina.
Tu dia a dia, intentabas que transcurriera lo más normal posible, pero realmente y a pesar de todos tu esfuerzos, tenías la mente en otra parte. Querías buscar una explicación a todo lo sucedido, ver en primera persona a quien, sin motivo aparente, decidió quitarle la vida a tu mujer y de paso arrebatarte una parte de la tuya propia. Entre tantas preguntas sin respuesta, ibas encaminado hacia la resignación, estabas encasillado en la salida y los que se dedicaban a patrullar las calles, se encontraban en un laberinto. con semejantes ingredientes, la tarea se volvió poco menos que imposible. Eras un leal servidor de la justicia, pero era ella quien estaba en deuda contigo.
El destino, dio una sonada vuelta de tuerca a tu desazón ; uno de los múltiples e- mails que te llegaban al cabo del día, te removió por dentro. El comunicado de que, un varón con un deplorable aspecto, se presentó en dependencias policiales confesando ser el brazo ejecutor. Antes de partir a su encuentro y presentar una acusación irrefutable, la tan sabia justicia, te asestó un severo golpe.
• Sintiéndolo mucho pero ya hay fiscal para el caso, únicamente falta la defensa y hemos creído que eres la persona idónea -.
• ¿ Como dices ? ¿ Pretendes que defienda al asesino de mi mujer…. te has vuelto loco ?
• Se en la posición que te deja todo esto, pero no había opción, créeme que si hubiera habido la más mínima posibilidad, hubiera elegido a otro -.
