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Muchas veces intentan, pero muchas veces olvidan

Los padres, y como en la gran mayoría de los casos, son las personas que más nos pueden querer, apoyar, consolar, etc….pero no dejan de ser humanos y como tales, también en ocasiones se ven abocados a equivocarse.

Ellos, han sido los encargados de inculcar una serie de valores y llegado el caso, capaces de ofrecer su vida a cambio de la de su hijo. De ahí que la famosa frase de » solo queremos que tengas lo que nosotros no hemos podido tener «, adquiera más importancia para ellos.  Esas palabras tan llenas de amor incondicional y las cuales  han ido pasando de generación en generación durante el árbol genealógico, también tienen sus fisuras y es ahí donde muy a menudo entra el conflicto paterno-filial.

En determinados casos, para esos padres con la mentalidad enquistada en la España profunda, la lógica era aplastante e irrefiutable: si se acaban con éxito los estudios, las posibilidades de alcanzar el éxito aumentan considerablemente; por contra, si se ejecuta la ley del mínimo esfuerzo, las probabilidades caen en picado. Ese razonamiento tan concienzudo, se sostenía perfectamente hace décadas pero a día de hoy, todo a cambiado y un título no garantiza una posición más acomodada. 

A menudo niegan la posibilidad de que, los hijos elijan su propio camino;  cuando llega el momento, todas las alarmas saltan dentro de su cascarón protector y cambian el» es lo mejor para ti», cuando realmente piensan » es lo mejor para nosostros». Muchas veces intentan hacer lo mejor para los hijos, pero muchas otras veces se olvidan de que lo que ellos creen mejor no es lo adecuado.

¿ Saben ustedes que pensarían mis padres por ejemplo si les dijera que mi mayor felicidad es la de escribir? Seguramente su caparazón de la España profunda les impediría ver lo mismo que yo….básicamente porque aún no teniendo un trabajo que cumpla todas mis expectativas, para ellos es lo mejor. Y no se puede » discutir» cuando hay quien se cree en posesión de la verdad más absoluta.

Yo por ejemplo, no puedo presumir de haber perpetuado la espacie, pero si algún día tuviera un hijo/a, no cometeré el error que muchos padres cometen de opinar sobre el futuro del vástago en cuestión.

A veces se es más feliz siendo un vendedor ambulante ( trabajo digno dicho sea de paso), que desempeñando una labor que, a pesar de generar fuertes ingresos económicos, no permite ser uno/a mismo/a.

Marc Domínguez

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S.K.

03/09/2019

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