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Caminando entre agujas ( 3° parte )

18/01/2023

Desamparado, abandonado a tu suerte por quienes acogieron la soledad en la que vivías ; ironías del destino, añorabas un reciente pasado, el cual no rebosaba interacción social, pero en la que la dignidad estaba intacta. A pesar de querer recuperar lo poco que tenías, la imágen de aquello que te hacía sentir tan vivo sobrevolaba una y otra la mente, haciendo que, esas ganas de retroceder hasta aquel chico tímido y solitario, se fueran disipando poco a poco como la niebla. Precisamente ese deseo de sentirte grande de nuevo, te llevaron a la búsqueda de aquel preciado botín blanco. No era complicado encontrar suministradores en las alcantarillas del mundo, hordas de personas que tiempo atrás, serían alguien, buscaban allí tapar sus miserias.

  • Estoy buscando alguien que me pueda ayudar a relajarme un poco, y he visto que tienes lo que necesito – dijiste levantando las cejas hacia su mano derecha.

  • ¿ Tienes dinero para pagarlo? Si no es así te aconsejo que te largues – .

Los obstáculos se amontonaban, creando ante ti una enorme barrera ……. un abandono que considerabas inmerecido, un cuerpo que no atendía razones y el cual solo quería satisfacerse a si mismo y ahora entraba en juego el papel económico.

  • ¿ Dinero dices ? -.

  • ¿ Acaso pensabas que te lo iba a dar por tu cara bonita? ¿ Tengo cara de hermanita de la caridad ? Anda, lárgate de aquí que no quiero tener problemas -.

Cabizbajo y con una enorme sensación de impotencia, abandonaste aquel desangelado lugar; el único refugio que te quedaba para paliar tanta desazón, era tu hogar ……. irónicamente, hasta ver la pelea de gallos entre padre y madre, te haría sentir bien. Al llegar alli y antes de cruzar la puerta mientras escuchabas un indisriminado fuego de acusaciones y reproches, permaneciste unos minutos mirando al suelo, …… sentías que estabas a punto de caer en lo más profundo de aquel enorme agujero negro en el que entraste. Como un fantasma, pasate de la entrada a la habitación de tus padres mientras tus oídos sentían el volar de los cuchillos. Como si fueras un vil ladrón, cogiste el bolso de tu madre buscando el camino que pudiera frenar esa sensación de vacío. La cantidad monetaria era lo suficientemente golosa como para dejarla pasar por alto…… tu mente no era capaz de distinguir entre el bien y el mal, en esos momentos el organismo era el que daba las órdenes.

Escapaste del campo de batalla del mismo modo que entraste, sin hacer ruido …… por una vez cuerpo y mente se unieron para un mismo objetivo, volver al mundanal subterráneo y abastecerte de una sustancia capaz de alterar hasta al mismísimo Goliath.

De nuevo en tu particular paraíso, unos dilatados ojos comenzaron a buscar, al igual que un halcón busca a su presa.  Allí estaba tu benefactor, en la misma posición de antes, moviendo sus manos con tal disimulo que no acertabas a ver de que se trataba.

  • ¿ Otra vez tú ? Creí que te había dejado claro que te fueras de aquí -.

Del bolsillo sacaste una jugosa cantidad de dinero, haciendo que el tono de su voz cambiara radicalmente.

  • Vaya hombre, esto ya es otra cosa, haber empezado por ahí, ya nos vamos entendiendo -.

  • No se hasta donde me llegara con esto pero lo necesito ya -. respondiste mirando aquel fajo de billetes.

  • Vamos a hacer una cosa, me has caído bien, solo por eso te daré una más de regalo -.

Aquellos negros nubarrones, eran poco menos que el cielo ; tu nariz, inspiraba el aire preparándose para lo que estabas a punto de ofrecerle, el tembloroso interior ardía en deseos de obtener la calma total, te apresuraste a buscar un lugar desierto, para poder disfrutar en soledad de esos aparentes momentos de magia, cuando en realidad, te estabas hundiendo un poco más en una devastadora espiral.

Pasaban los días, y el dinero se consumía a la misma velocidad que tu pequeña nariz devoraba aquellas diminutas bolsitas ; tal era la esclavitud en la que vivías, que tus padres se conviertieron en víctimas indirectas del nuevo rumbo que cogió tu vida. Sistemáticamente, el poder adquisitivo del hogar, iba disminuyendo en tu favor …… sin embargo ellos, lejos de reparar en el hecho que tenían al enemigo en casa, utilizaron esa falta de liquidez para continuar hiriéndose mutuamente. Navegabas confundido entre el bien y el mal, habías perdido todo vestigio de esa dignidad que tenías tiempo atrás, y lo que creías hacer en tu beneficio, en realidad era apretarte más la soga al cuello.

No eras consciente de tus actos, guiado por una adicción cada vez mayor y una nula fuerza de voluntad para revertir la situación, ampliaste las fuentes de ingresos gracias a los humildes comercios de la zona ; al dudoso honor de vivir por y para el polvo blanco, añadiste el de ser un vulgar ladronzuelo del tres al cuarto.  Pequeños hurtos que servían para poder seguir abasteciéndote de esas alargadas y finas líneas.

Lo que no habías tenido en cuenta, era que, el amigo de lo ajeno se encontrara con obstáculos que sortear para llevar a cabo su misión ;  y ahi sería cuando los actos del ahora, repercutirían en el mañana. Una solitaria gasolinera, tan solo iluminada por las farolas del alrededor, eran el escenario elegido para tranquilizar tus ansias de poder …….. con un trozo de cristal recogido de la calle envuelto en un trapo, entraste decidido a culminar el objetivo ; eras perfectamente conocedor que allí habría alguien, probablemente con una familia que le estaría esperando al llegar a casa, pero tu mente estaba corrompida, sin caer en sentimentalismos estabas dispuesto a ajusticiar a quien se interpusiera en el camino. No tenías un plan ideado previamente, la desesperación hizo que entraras con un único fin….. hacerte con el botín que guardaba la caja registradora. 

La mano parecía tener vida propia mientras amenazabas al pobre empleado, que no sabía que hacer salvo levantar las manos.

  • Rápido!!!! Dame todo lo que tengas en la caja o te juro por dios que tu triste vida acabara aquí -.

Presa del pánico aquel hombre accedió a tus peticiones mientras te acercabas cada vez más a el ; no querías hacer daño a nadie pero en esos momentos solo querías el dinero fácil, aún a costa de la integridad física de esa persona.  La víctima, te pidió permiso para sacar de debajo del mostrador la otra parte de la recaudación del día….. un permiso que se otorgó sin consultarte y que dilapidó todas sus esperanzas de salir indemne de alli. Ofuscado, ignorante por saber si realmente sus palabras eran ciertas, clavaste aquel puntiagudo cristal en el costado, haciendo que se desplomara en el suelo envuelto en un enorme charco de sangre. Por unos instantes y viendo aquel cuerpo inmóvil, parecía que volvías a la cruda realidad llevándote las manos a la cabeza.

  • Joder, joder,  joder, que he hecho ? Mierda, si te hubieras quedado quieto esto no habría pasado -.

Esa muestra de arrepentimiento no fue más que un espejismo, alargaste la mano manchada de sangre bajo el mostrador, y efectivamente te llevaste otra parte del botín ; habías sesgado gratuítamente la vida de un hombre, en el currículum que estabas forjando, ya se podía leer la palabra asesino.

Después de aquel fatídico encuentro, el siguiente destino sería un irreal escondite de las maravillas, tanto de dia como de noche, se concentraba la peor calaña de la humanidad y de la cual ya formabas parte.

Pero el destino dio una vuelta de tuerca asfixiándote un poco más, y te tenía reservada otra sorpresa, tu bajada a los infiernos era de tal magnitud, que nada podías hacer para remediarlo…….. ni podías, ni querías. El proveedor de la falsa felicidad no pudo satisfacer tus anhelos, pero viendo el evidente estado de nerviosismo que te atenazaba, te hizo una oferta la cual considerabas irrechazable.

  • ¿ Ves esos chicos que están ahí sentados ? Diles que vas de mi parte, te van a ofrecer algo mucho mejor de lo que hayas probado hasta ahora. No te preocupes por el dinero, la primera corre a cuenta de la casa -.

Dicho y hecho, avanzaste unos pasos hasta el lugar indicado ; el panorama esra desolador ……un mugriento suelo plagado de jeringuillas,  y unos tipos que no sabrían ni decir su nombre. No dudaste en transmitir el mensaje y esperar que alguno de ellos, te abriera las puertas de un enturbiado cielo.

  • ¿ Así que quieres poco de esta basura ? ¿ Un poco joven para esto no ? – dijo el que parecía más despierto.

  • ¿ Y a ti eso que te importa ? ¿ Acaso me vas a dar lecciones tu a mi ? Porque si va a soltarme la charla paternalista un tipo que no se puede mantener en pie, me largo -. respondiste visiblemente enfadado.

  • Ehhhhh!!!!! calma pequeño Sansón, solo estaba bromeando, a mi me da igual la edad que tengas y toda tu jodida vida -.

Al igual que los brujos, el responsable de tu enojo, elaboró minuciosamente una pócima para ofrecértela poco después enfrascada en una jeringuilla.

  • Anda, toma sírvete tu mismo – decía mientras te entregaba el trofeo.

Dudaste por unos instantes, sabías perfectamente que aquello era lo más bajo que se podía caer, pero en tus hombros llevabas la pesada carga de la muerte horas antes.

  • ¿ No pretenderás que lo haga yo también no? Quizás es que no tienes lo que hay que tener para hacerlo – decía entre risas.

Con una mirada desafiante, arrebataste aquel objeto, extendiste tu brazo izquierdo, y dejaste que esa finísima aguja traspasara tu piel inyectando en las venas aquella misteriosa pócima. Una enorme sonrisa se dibujaba en tu rostro, la sensación de paz envolvía todo tu ser. Pero lo cierto es que estabas llevando a cabo una autodestrucción sin paliativos, te habías colocado en el punto de mira para ser uno de los elegidos en acompañar a la diosa de negro.

 

Marc Domínguez

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